Soy una teleco internacional

Natalia Molinero Mingorance

Ingeniera de Telecomunicación

 

Antes de comenzar el artículo, me gustaría agradecer enormemente a la AEIT de Madrid la oportunidad que me ha dado para poder compartir mis experiencias con todos mis compañeros telecos y todas las personas a las que le pueda interesar el tema. Espero que mis vivencias como ingeniera, tanto en el extranjero como en nuestro país, sean de utilidad.

Comenzaré contando que, durante mi época de estudiante en la Universidad Europea de Madrid, tuve la oportunidad de estudiar y realizar cursos de verano de inglés en otras universidades del extranjero, y fue entonces cuando conocí el ambiente universitario de Liverpool (Reino Unido) y Santa Fe (Nuevo México, EEUU). Sin embargo, nunca realicé ningún programa de Erasmus o similar, ya que estaba muy contenta con mi universidad, los profesores y mis compañeros. Sí que es cierto que esto hizo que “me picara el gusanillo” por conocer cómo sería estudiar la ingeniería de telecomunicaciones en Reino Unido o EEUU, ya que muchos de los libros que utilicé durante la carrera eran de autores extranjeros y me llamaba mucho la atención la posibilidad de poder aprender de la gente que había realizado tales trabajos y, mucho más, poder trabajar en este ambiente algún día.

Por eso, cuando finalicé mis estudios, me fui a hacer un máster de Sistemas de Comunicaciones Inalámbricas a Sheffield (Reino Unido). La cultura y el ambiente universitario de este país me resultaron muy interesantes, con aspectos positivos y otros no tanto.

Por un lado, el ambiente universitario centrado en la profesión, en el “engagement” de los estudiantes para que sientan pasión por su carrera (por ejemplo, hay un edificio en el campus, el Student’s Union, que organiza eventos sociales, sesiones de formación en investigación, en emprendimiento…a los que tuve la oportunidad de asistir), los recursos académicos de los que disponíamos, etc me parecieron estupendos. Por otro lado, algunas costumbres como comer a las 11:30 o las 12:30, o el hecho inevitable de que, en invierno, a las 15:00 horas ya era de noche, me resultaba un poco más pesado, ¡pero merecía la pena aguantar!

Durante la última fase del curso, cuando estaba terminando mi proyecto de fin de máster, me concedieron una beca para trabajar en Reflex Systems; una empresa de sistemas de seguridad. En esta empresa, principalmente formada por personas del país, me sentí totalmente integrada y recuerdo con muchísimo cariño a todos mis compañeros. También, pude formarme en diversos trainings y conocer más la cultura del país en las reuniones sociales que hacíamos.

Una vez finalizado mi máster, además de seguir trabajando en Reflex Systems, continué colaborando con el director del máster (que fue mi tutor durante el curso) en la Universidad de Sheffield, para ampliar el proyecto de fin de máster. Gracias a esto, el profesor me ofreció un trabajo como Research Associate en un proyecto de 5G en la universidad. Esto hizo que siguiera trabajando en el extranjero y, a la vez, descubriera cómo es trabajar en el ámbito académico y de la investigación, con el añadido de que, para ser uno de mis primeros trabajos, ¡el sueldo no estaba nada mal! 

De esta etapa me gustaría destacar, además de todo lo que aprendí, lo mucho que se valora la investigación en Reino Unido. También pude trabajar en un ambiente muy internacional, puesto que exceptuando a mi jefe y algún que otro profesor, todo el mundo era extranjero. Recuerdo compartir despacho con dos compañeros de China, uno de India y, durante unos meses, un compañero de Barcelona que estuvo trabajando en el departamento con una excedencia. En los despachos de al lado, había compañeros de Siria, Irak, Turquía, Hong Kong, otra vez China …. Gracias a esto, había restaurantes, tiendas y muchas actividades de la gente de los distintos países que viven allí y en las que todos podíamos participar, lo que nos permitía conocer estas culturas.

Otro de los aspectos a destacar, tanto en mi época de estudiante como durante el trabajo, es que la mayoría de mis compañeros eran hombres. Es por esto que había muchas iniciativas para inculcar el valor de las mujeres en la ingeniería, como la “Women in Engineering Society” de la universidad, de la que fui miembro durante todos esos años.

Estuve trabajando en el proyecto de investigación de la Universidad durante 3 años; mi estancia en Reino Unido fue de 4 años, ¡cuando mi plan inicial era realizar el máster de un año! Realmente nunca pensé quedarme allí para siempre, porque echaba de menos a mi familia, mis amigos y, cómo no: ¡el sol! Así que, tras finalizar este proyecto, decidí volver a España para trabajar y poner en práctica muchas de las cosas que había aprendido y creo que fue una de las mejores decisiones que he tomado porque encontré un trabajo que tiene todo lo que buscaba en el extranjero: compañeros de los que aprender, proyectos punteros e innovadores, formación y un entorno internacional con compañeros, partners y clientes de diversas partes del mundo. Además, nuestro equipo técnico cuenta con bastante presencia femenina. Desde entonces, 2017, sigo trabajando en esta empresa (Netmetrix) y estoy muy contenta con mi labor y los retos que se nos presentan. Fue también un salto del mundo académico al empresarial, que me apetecía mucho.

Por si esto fuera poco, gracias al COIT y la AEIT, pude descubrir que en España también tenemos ese espíritu de fomento, motivación y apoyo entre los ingenieros de teleco. Por ejemplo, soy miembro del Grupo de Trabajo de Jóvenes del COIT, que tiene como objetivos aportar un nuevo punto de vista desde la perspectiva de los jóvenes telecos, así como promover la importancia de nuestra profesión. También participo en el Grupo de Trabajo Mujer IT, que está comprometido con la presencia de la mujer en la profesión de ingeniería de telecomunicación y su objetivo es promover las vocaciones tecnológicas entre las niñas, adolescentes y mujeres en general, de manera que conozcan nuestra profesión y, sobre todo, el impacto real que tiene en nuestra sociedad.

Asimismo, he tenido la oportunidad de poder continuar, en mis ratos libres, con las actividades de I+D+i que tanto me apasionan y este año he ganado el primer premio “Singular Alumni”, una iniciativa impulsada por la Fundación de la Universidad Europea, en colaboración con Santander Universidades, para apoyar a los Alumni de la Universidad Europea que estén desarrollando proyectos profesionales y/o personales, pensados para dejar una huella positiva en innovación, investigación, sostenibilidad o impacto social.

Para finalizar quiero destacar que, en España, nuestro sector se encuentra en un buen momento y tenemos profesionales excelentes. La calidad de nuestro trabajo puede competir perfectamente con la de cualquier ingeniero de otro país y creo que es muy positivo que, desde organizaciones como el AEIT, se fomente nuestra profesión y la sociedad también pueda entender lo que hacemos y lo importante que es dedicar recursos a ello. Como decía Pablo Álvarez en el artículo de La Tribuna del Asociado del número anterior: ¡lo importante es la actitud! Los telecos españoles tenemos que motivarnos porque también podemos dejar huella.