José Antonio Buendía Gómez-Cornejo.
Ingeniero de Telecomunicaciones
Como colega vuestro voy a compartir con vosotros algunas ideas sobre la FORMACIÓN. En particular sobre la formación en ingeniería de telecomunicación que fue la que recibí como vosotros, eso sí hace ya más de treinta años. También quiero señalar que hay otra formación tan importante o más que se desarrolla durante más tiempo de forma continuada en un aula especial como es la vida y que cuando pasas varios miles de horas en ella te vas convirtiendo en un experto para resolver situaciones desconocidas y a veces difíciles.
Desde hace varias décadas pasamos de la era Industrial a una nueva que denominamos era del Conocimiento. En este contexto la formación es uno de los componentes más importantes de la nueva era.
La formación en una sociedad moderna y avanzada tiene un papel trascendental. El avance de nuestra sociedad no se puede realizar de manera eficaz sin una buena formación.
Una buena formación en general, y la formación de ingenieros de telecomunicación en particular, tiene que ser motivadora, que despierte nuestro ansia de saber, que nos empuje a estudiar y averiguar más sobre un tema, que nos provoque curiosidad, ganas de conocer cómo funciona un aparato, un sistema, una tecnología, … en definitiva, nos tiene que despertar y ponernos activos.
Aunque cuando yo estaba en la carrera como lo estáis vosotros ahora, la vida cotidiana y los planes de estudio seguro que eran DIFERENTES (que no mejores ni peores), la esencia de la formación en ingeniería en general y de teleco en particular, no creo que haya cambiado tanto. Es cierto, que yo estudiaba el funcionamiento del GSM y los “móviles” eran auténticos maletines y ahora vosotros estáis en la era del 5G y lleváis en el bolsillo la herramienta adecuada para conversar, mandar una “carta”, hacer fotos profesionales, ver la TV, oír música … y todo ello mientras paseáis por el parque tomando el sol.
Pero además de conceptos técnicos, la formación de antes y la de ahora también nos enseña a manejar aspectos de la personalidad del individuo tan importantes como: El esfuerzo, la capacidad de resolver problemas, valorar los buenos resultados y superar las dificultades y fracasos, …
Por mi experiencia sé que estos últimos aspectos (mucho más que los técnicos) son los más importantes una vez que terminas la carrera.
La formación de teleco siempre ha sido muy amplia. No solo se ha ocupado de los aspectos puramente técnicos y específicos de nuestra área. Ha tenido componentes transversales que han hecho que nuestra formación haya sido una formación bastante integral (en 6º curso había una asignatura –Contabilidad para no financieros- que me sirvió cuando estudié ADE en la UNED, muchos años después, para sacar muy buenas notas en Contabilidad Financiera, Finanzas, …).
Es cierto que había un núcleo fundamental de conocimientos técnicos específicos pero no es menos cierto que muchos de estos conocimientos estaban dentro de otras áreas muy distintas pero que comparten mucho con nosotros (medicina, informática, robótica, astronomía, redes sociales, periodismo –TV, radio- …)
Por esta amplia variedad de información que recibimos muchas veces podemos perdernos y no tener claro las prioridades de lo que tenemos que BUSCAR en nuestra formación. Con qué tenemos que quedarnos, qué debemos aprender, qué debemos seleccionar de ese amplio espectro de conocimientos que nos proporciona nuestra formación. Esa es la cuestión.
Para mí, estos son algunos de los puntos que más valoro de nuestra formación como ingeniero de telecomunicación:
- Aprender conceptos técnicos
Es evidente que el interés fundamental para un ingeniero de teleco es aprender los conceptos y el funcionamiento de todos los equipos, sistemas, técnicas empleadas, … que se manejan en nuestra profesión.
Este punto es esencial, sobre todo cuando empiezas la carrera. Pero cuando pasan los años descubres que este punto sigue siendo importante pero hay otros como los que señalo a continuación que pasan a tener mayor prioridad que éste.
- Aprender a pensar.
Pensar, razonar … no es nada fácil, nos cuesta mucho. Tampoco tenemos costumbre. Cuando llega el momento concreto de hacerlo (normalmente cuando nos surge un problema/conflicto) nos genera ansiedad, dudas, y nos agobia lo indecible.
Por eso, hay que practicarlo como todo en la vida para que “nos salga” de forma automática y no nos cause ningún trauma.
Este punto tiene aplicación en todos los terrenos y más en el personal que en profesional.
- Adquirir criterios para resolver tareas.
En un área tan amplia como las telecomunicaciones no todos los problemas se resuelven con las mismas recetas, al contrario, muchas veces un mismo problema hay que tratarlo de manera muy diferente atendiendo al contexto del mismo.
- Aprendemos el valor del esfuerzo
Para mi esta carrera supuso un gran esfuerzo. Yo no era el más listo de la clase ni de cerca. Para la mayoría de mis compañeros y supongo que de los vuestros, esta carrera supuso mucha dedicación, trabajo y preocupaciones.
Por ello, después de superarla somos capaces de valorar el esfuerzo que hicimos en su momento y sobre todo somos conscientes de que cualquier otro reto que se nos presente seremos capaces de superarlo con esfuerzo.
- Conocer y aprovechar nuestros recursos y capacidades (habilidades, cualidades)
Conocernos a nosotros mismos es una tarea nada despreciable. Si no conoces tus propias posibilidades, cómo vas a saber identificar las capacidades de tus colaboradores y de los que trabajan a tu alrededor.
Conocer nuestras capacidades nos permitirá, lo primero, conocernos a nosotros mismos y así hacer mejor nuestro trabajo.
- Nos enseña a vivir más intensamente
Hay estudiantes de nuestra carrera que pueden decir que es difícil o muy difícil, alguno también podrá decir que es fácil (en mi época, los menos) pero lo que creo que ninguno dirá es que es aburrida, poco interesante, que no es para tanto, …
Desde el primer día que entras en esta carrera no paras. No has terminado de asimilar como se intercambian los electrones y los huecos en un semiconductor cuando ya te están contando las leyes de Maxwell y tu cerebro empieza a hacer chiribitas mentales para entender algo de todo aquello.
- Capacidad de sacrificio
Este último punto fue muy significativo para mí. Cuando tienes veintitantos años te gusta salir y entrar, ir y venir, tener una vida social intensa y disfrutar el ocio a tope.
Para mí esa época supuso tener que prescindir de muchos momentos que deseaba compartir con mis amigos y que en determinadas épocas (primavera, verano) tenía que decir que no a la mayoría de planes que se gestaban en mi entorno. Era el bicho raro del grupo.
Algunos de los puntos señalados, en aquellos momentos, me parecieron terribles o al menos nada fáciles de soportar. Pero la realidad es que se pueden soportar y pasado el tiempo te das cuenta que han conformado tu carácter y personalidad y te han hecho más fuerte y te permiten, en definitiva, controlar y enfrentarte ahora a situaciones similares con menos dificultad y mayor éxito.
Todos los puntos comentados no son cosa de pasado ni algo que fue útil en su momento pero allí se quedó, en el pasado. No. Son cosas que se asentaron en la época de la universidad y ahí siguen estando y las sigo utilizando y mejorando cuando toca. Porque no olvidemos que las personas y los ingenieros en particular, siempre tenemos ese espíritu por saber más de todo. Eso es una de las mejores cosas para estar siempre vivos.