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¿Qué está pasando?
Un repaso a la actividad de estos meses en la AEITM
con las noticias más recientes e importantes.
Adrián Amor Martín – Ingeniero de Telecomunicación, https://aamorm.github.io/
El poder de la inercia
Cuando entré a la carrera de ingeniería de telecomunicación en la Universidad Carlos III de Madrid, yo no era un estudiante especialmente convencido. En mi familia no había ningún ingeniero, sabía que me gustaban la física y las matemáticas y que dibujo técnico no me gustaba demasiado. No había hecho casi nada de programación y de electrónica, lo justo. Así empecé la carrera, un poco por inercia. Puede ser que hasta tercero no tuviera una idea de todo lo que abarcaba teleco: tanto radiofrecuencia como fotónica, electrónica y protocolos de comunicaciones, aprendizaje automático o calidad de servicio en redes.
Después de acabar la carrera, también un poco por inercia empecé a trabajar en otra rama de la que apenas sabía nada: electromagnetismo computacional. Ahora es un tema que me apasiona y que me ha permitido ser profesor e investigador en la universidad en la que empecé. También me ha llevado a muchos países diferentes, a conocer gente de distintas culturas y a crecer tanto personal como profesionalmente. Parte de ese crecimiento ha sido también dentro del COIT y de la AEIT.
Como otras buenas decisiones, también acabé por inercia en un grupo de trabajo de jóvenes que se estaba fomentando por parte de la junta del COIT. En este grupo, en el que fui elegido coordinador junto a Marta Orduna en 2020, hemos llevado a cabo muchas iniciativas (algunas pueden consultarse aquí: https://www.coit.es/grupos-de-trabajo/gt-jovenes/noticias) en las que hemos intentado que el COIT se vea como algo más cercano para las nuevas generaciones.
Y es que más allá del conocimiento técnico, que es abundante en nuestra profesión, lo mejor que he encontrado tanto en la carrera como en mi posterior vida académica, son las personas: ampliar la familia que se elige con mis amigas de la carrera, conocer el ambiente laboral con mis compañeros de laboratorio (y anteriores profesores) cuando empecé a saber qué era aquello de los elementos finitos, y conocer el COIT y la AEIT por dentro con mis compañeros de GT.
Una de las cosas que más me han sorprendido en estos últimos años tanto en la AEIT como en el COIT es que la respuesta más frecuente a la pregunta de “¿por qué estudiaste teleco?” es la de “no me gustaba mucho el dibujo técnico”. Y aunque a mí me ha ido bien fiándolo todo a la inercia, creo que tenemos que seguir esforzándonos por transmitir nuestra vocación.
La necesidad de contar lo que hacemos
Estamos en una época preciosa para la ingeniería de telecomunicación: la pandemia sirvió de catalizador de esa transformación digital en la que en España ya teníamos bastante camino andado con respecto a otros países europeos, y las TIC han conseguido ocupar ese espacio tanto en estructuras orgánicas (como el Ministerio para la Transformación Digital o la Consejería de Digitalización de la Comunidad de Madrid), como en los presupuestos (fuerte presencia en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, los sucesivos PERTE…) y por supuesto en la sociedad: casi todos hemos hablado en los últimos meses del impacto de 5G o de Inteligencia Artificial.
Y aun así, a pesar de que quizás estamos más presentes que nunca, hacen falta más telecos en nuestro tejido empresarial. Para lograrlo, tenemos que aumentar el impacto que tenemos en los y las estudiantes de instituto, que aún es muy reducido. El año pasado tuve la suerte de ejercer como representante institucional de mi universidad en diferentes institutos de la Comunidad de Madrid y de Castilla-La Mancha, y la primera pregunta que hago cuando presento la universidad es “¿qué carrera quieres estudiar?”. De una muestra de unas 1500 personas, sólo un chico (quizás un poco desorientado) me dijo:“pues industriales y si no me cogen, teleco”.
Puede que, en la frialdad del papel, la ingeniería de telecomunicaciones no sea tan atractiva como otras carreras: es una carrera muy transversal, que no es directamente programación (si te gustan los videojuegos, tu primera decisión quizás sea informática), ni electrónica (con la que quizás te muevas a industriales), ni física ni matemáticas. Y sus aplicaciones no son tan inmediatas como las que pueda tener un arquitecto, un médico o un ingeniero aeroespacial. Pero desde mi punto de vista, su principal fuerza es esa: es tan transversal que en casi todos los sectores hace falta un teleco. Y eso es muy importante, porque los principales avances tecnológicos suceden con pensamiento lateral e interdisciplinar: hay trabajos que casi no existían hace diez años (ingeniería de datos) o que aún no sabemos que existen (la nueva figura del prompt engineer) y que teleco puede cubrir perfectamente. Por eso hay pleno empleo en nuestra profesión.
Pero en mi opinión, estos argumentos, aunque importantes, no son decisivos a la hora de elegir una carrera. Lo realmente significativo es que contemos lo que hacemos, tanto a nuestro entorno como a estudiantes y a recién graduados que tengan que elegir un primer trabajo. Así transmitiremos la emoción de conectar, como dice nuestro colegio. Porque las ondas electromagnéticas no se ven, pero sí que se pueden sentir… aunque para sentirlas haya que pasar por dos años de física, matemáticas o electrónica. Porque los europeos pusimos las bases de las comunicaciones móviles con el GSM, o porque llevamos hablando décadas de Inteligencia Artificial o Aprendizaje Automático.
Una buena época para transmitir tu vocación
En esta línea, hay dos iniciativas en las que creo que podemos tener muchísimo impacto:
Con todo esto, la conclusión es clara: es el mejor momento para que transmitas tu vocación. ¿Te animas?