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¿Qué está pasando?
Un repaso a la actividad de estos meses en la AEITM
con las noticias más recientes e importantes.
María José Monferrer Freire
Ingeniera de Telecomunicación, Presidente de Aiverse
Quiero agradecer a AEIT Madrid la oportunidad que me brinda de dar a conocer y divulgar tanto el origen y el futuro de Aiverse como su iniciativa 2023 #IAconImpactoSocial.
Como todo tiene su origen y su propósito, permitidme compartir brevemente la experiencia que me permitió llegar a Aiverse, así como sus programas y objetivos, junto a una breve reflexión.
Soy Ingeniera de Telecomunicación. Después de graduarme y de trabajar en varios proyectos europeos de ciudades digitales y de transformación digital, decidí aumentar mis conocimientos con un MBA internacional del Instituto de Empresa, que me llevó a EEUU.
Para mí fue una gran experiencia trabajar y vivir allí. Ya a mi vuelta, puse en práctica los nuevos conocimientos adquiridos y redirigí mi carrera de la parte más técnica a la de gestión e innovación, lo que me llevó a desarrollar gran parte de mi carrera profesional en BT ocupando distintas posiciones con exposición internacional, una experiencia realmente recomendable.
Pasados varios años y ya con familia, me concedieron una beca para cursar un PDD en el IESE que me permitió reforzar conocimientos. Poco más adelante, formé parte de Promociona impulsado por CEOE, un programa de Liderazgo enfocado a mujeres que cursé en ESADE. Este programa fue precisamente el empujón que me llevó a la acción.
Fundamos EJE&CON (111 socias fundadoras) en 2015, y desde entonces he participado con la puesta en de marcha diversos programas. El primero de ellos fue la primera iniciativa de mentorazgo para ingenieras dentro del programa Mujer e Ingeniería de la RAI Real Academia de Ingeniería, llevado a cabo con gran éxito.
En 2017 creamos #MatEsElla con la RSME Real Sociedad Matemática Española, este año ya en su cuarta edición.
Decidí apoyar la puesta en marcha de Technovation en España en 2016, programa de emprendimiento tecnológico dirigido a niñas, que volvió a acercarme a EEUU. En este programa me involucré de tal forma que desempeñé todo tipo de roles: mentora, jueza, líder de club, embajadora, promotora local e internacional.
En 2019-20 puse en marcha y lideré el programa Technovation Families, junto a la Universidad Europea. Fui invitada a la final, que iba a tener lugar en el MIT, pero debido a la pandemia, fue todo virtual. En 2020 me uní al Grupo de Trabajo Horizonte STEAM del COIT, que lidera Alexia Rodríguez, apoyando la organización de los Premios Pioneras IT.
Presentamos virtualmente la experiencia en NeurIPS2020 en diciembre de 2020 (el mayor congreso de Inteligencia Artificial) como caso de éxito de concursos de tecnología.
Y finalmente llegó el momento de emprender con apoyo de Technovation. Así, decidimos adaptar el programa a nuestras circunstancias locales (think global act local) para hacerlo crecer desde cero en una nueva versión ya propia. Así fue como nació AIVERSE en junio de 2021.
Aiverse es una asociación nacional sin ánimo de lucro, que reúne a expertos y voluntarios, profesionales y educadores STEM,[i]para fomentar las vocaciones tecnológicas a través de la innovación, el pensamiento crítico, la curiosidad y el emprendimiento. Su último fin es promover y acercar la Inteligencia Artificial tanto a niñas como a jóvenes y sus familias, despertar vocaciones y contribuir al impacto social positivo de la tecnología. Linkedin Aiversetech
La Junta Directiva de AIVERSE está repartida. En Canarias se encuentran Jamila Diallo Ba Dieng y Wenceslao Cárceles Moreno, en Valencia Laura Monferrer y en Madrid, me encuentro yo.
En nuestro primer año hemos puesto en marcha dos programas. El primero, #IAenFamilia nacional en el que han colaborado el COIT y la UNIR, y el segundo, #TechnovationGirlsCanarias junto a la Universidad de las Palmas de Gran Canaria y su consejo social, y del cual Jamila Diallo es embajadora. Además, actualmente se está desarrollando en el American Space de Valencia el #AIfamilies, con varios talleres.
De cara al futuro cercano, estamos preparando un nuevo programa, #IAconImpactoSocial en colaboración con la AEIT Madrid y Caritas que se desarrollará en 2023 y que presentamos con motivo de la Semana de la Ciencia y la Innovación de Madrid el 16 de noviembre en el Instituto de Ingeniería de España, puedes visualizar la presentación en este enlace. Este programa tiene como objetivo poner la tecnología, y en especial la inteligencia artificial al alcance de todos, incidiendo en el mejor uso que se puede hacer de ella. Los principales ODS de la iniciativa son: nº4 Educación de Calidad, nº 11 Ciudades y Comunidades Sostenibles, nº 10 Reducción de las Desigualdades y nº5 Igualdad de Género.
El programa #IAconImpactoSocial consistirá en diferentes actividades y talleres que se llevarán a cabo expertos de la AEIT Madrid y Aiverse y que recibirán beneficiarios de Caritas entre otros. Estos talleres irán dirigidos a fomentar el talento STEM y despertar nuevas vocaciones, así como a generar cierta sensibilidad sobre las posibilidades del emprendimiento. Estáis tod@s invitados a compartir vuestra expertise en el programa y a convertiros en embajadores del programa, no dudéis en contactar conmigo.
Y sí, lanzaremos nuestra segunda edición del programa nacional #IAenFamilia a la vuelta del verano 2023, estad atentos y participad con vuestras familias.
El currículo propuesto en #IAen Familia es muy práctico e innovador y trabaja aspectos no contemplados en el curriculo escolar (primaria, secundaria y bachillerato). El enfoque es de impacto social ya que busca el apoyo de las familias y el entorno.
La tecnología al servicio de las personas y haciendo su mejor uso (#AIforGood) intentando que las propuestas/prototipos en los que trabajan los participantes estén enmarcadas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible e impacten en el entorno cercano, contribuyendo a la transformación digital y a la sostenibilidad. Un aspecto a destacar de #IAenFamilia es su alcance, ya que acerca la tecnología a tod@s, buscando participantes entre los colectivos más desfavorecidos, despertando nuevas vocaciones y eliminando la brecha digital para ampliar horizontes. Por otra parte, favorece la exposición de referentes STEM femeninos, tal que eventualmente ayude no solo a fomentar más talento STEAM, recordemos que en los próximos 10 años hacen falta más de 200.000 ingenieros, sino también con menos brecha de género y estereotipos.
El principal objetivo es que los participantes desarrollen en equipo un prototipo/proyecto de impacto social que incorpore IA (inteligencia artificial). El programa esta concebido para realizarse en 10 sesiones de 2h, con un currículo desarrollado acompañado de un cuaderno de viaje para cada participante. Las sesiones son prácticas con expertos multidisciplinares, aunque principalmente STEAM, de ahí que vuestra participación como voluntarios sea necesaria y sobre todo inspiradora para los participantes.
Como ingenieros de telecomunicación tenemos el deber de generar nuevas vocaciones, de despertar el interés por las nuevas tecnologías, de transmitir nuestra pasión por innovar y sobre todo por querer crear un mundo mejor aportando nuestro granito de arena bien sea en el ámbito de las comunicaciones, de la ciberseguridad, la inteligencia artificial, el blockchain y también las inminentes comunicaciones cuánticas o bien en otros ámbitos que también abarcan la regulación y la ética.
También creo que debemos acercar la tecnología a la sociedad para que no sean meros usuarios sino potenciales desarrolladores o emprendedores. Conocemos que existe un déficit de 200.000 ingenieros según el estudio recientemente publicado del Observatorio de la Ingeniería, ingenieros necesarios para poder activar la economía, pero no olvidemos el lado social de este impacto. La tecnología y el emprendimiento son la clave para poder mejorar el bienestar de las personas, siendo la tecnología la facilitadora de este aspecto, y programas como los de Aiverse los facilitadores de su conocimiento y catalizadores de este cambio en su percepción.
@majosemonferrer
[i] registro nacional de asociaciones 623238, CIF G16736951
José Eloy Fustero Blasco
Ingeniero de Telecomunicación, Ex-director Qualcomm España
“Always ON, Always Connected” ha sido la expresión que más he repetido en mis últimos 20 años como profesional. Al principio se trataba de un titular difícil de asimilar, toda una apuesta de futuro que algunos veían con escepticismo. Hoy en día se trata de un atributo innato a nuestra sociedad.
Las nuevas generaciones, en particular la Generación Z (nacidos aproximadamente entre 1995 y 2015) no sólo son nativos digitales. Para ellos el estar “siempre conectados” es una necesidad básica, casi de supervivencia. Se comunican con el resto del mundo a través de varias pantallas, prefieren las imágenes al texto y, por si fuese poco, son creativos, generando contenidos que les gusta compartir desde cualquier lugar de forma inmediata.
El ser humano se caracteriza por la necesidad de estar en contacto con sus semejantes, compartiendo conocimientos y emociones de cuánto les rodea. Desde la antigüedad, esta información ha mostrado la realidad en dos dimensiones, representada en dibujos, pergaminos, libros, o en pantallas electrónicas (ordenador, TV, etc.). Mediante diferentes mecanismos (tecnologías), las personas nos hemos comunicado a través de señales, símbolos, voz, texto, imagen o video. Pero la experiencia percibida no siempre representa fidedignamente la multidimensionalidad de nuestro entorno.
Las tecnologías de la información y (tele)comunicación se enfrentan al reto de enriquecer la experiencia humana de estar “siempre conectados”. Ya no basta con ver y oír, queremos sentir, percibir la realidad a la que estamos conectados. Ello conllevará la recreación de un mundo digital que represente nuestro contorno, abriendo el camino a la imaginación humana, capaz de influir en nuestros sentidos. Y es ahí donde nuevas tecnologías inmersivas pueden (deben) ayudar, complementando las capacidades sensoriales para obtener una interpretación extendida del entorno, ampliando los canales de información que llegan al cerebro a través de los sentidos. La tecnología, en un futuro muy próximo, nos permitirá reproducir una nueva realidad extendida.
Estar siempre conectados implica poder interactuar con un terminal inteligente que llevamos con nosotros en todo momento, como si de un sexto sentido se tratase, y de unas redes de telecomunicación que garantizan cobertura y capacidad en cualquier lugar, como una prolongación de nuestro entorno hacia el más allá. Ambos, terminal y redes, han evolucionado conjuntamente satisfaciendo las expectativas del usuario. Pero al mismo tiempo, dichas expectativas aumentan conforme la tecnología se consolida y masifica: la ley de la oferta y la demanda en un contexto de crecimiento exponencial donde el potencial de dispositivos conectados supera con creces a la población humana.
Hoy en día el “smartphone” (teléfono inteligente) materializa ese nexo entre realidades, física y virtual, que nos permite estar siempre conectados. En él convergen computación, entretenimiento y comunicación. Sin duda se trata de un asombroso logro tecnológico con capacidad de procesado mayor que la de muchos superordenadores de los años 90, capaz de reproducir música de alta fidelidad, generar sonidos envolventes, grabar y reproducir video de elevada calidad, realizar fotografías a la máxima resolución, ayudarnos en el guiado a un destino, etc., al tiempo que estamos conectados a internet en cualquier lugar y a velocidades ultrarrápidas. Todo en un dispositivo que cabe en la palma de nuestra mano.
La masificación del smartphone es la consecuencia de una evolución tecnológica tanto de procesadores (“chips”) como de redes móviles de telecomunicación, con una clara influencia en el desarrollo paralelo de segmentos de mercado adyacentes (“Internet de las Cosas – IoT”) y marcando tendencia de cómo se espera evolucionen las siguientes arquitecturas de red y dispositivos móviles inteligentes (“realidad extendida”, “metaverso”).
Mirando la evolución reciente de terminales y redes entenderemos cómo hemos llegado hasta al presente, donde la 5G y AI (Inteligencia Artificial) constituyen los dos ingredientes esenciales, y sinérgicos, en los que se sustentan las futuras innovaciones de comunicación.
La percepción de estar siempre conectado ha evolucionado con el tiempo. Cuando se creía que con las líneas fijas de voz en los hogares ya estábamos suficientemente conectados, Motorola (Motorola DynaTAC, Martin Cooper, 1983) lanza al mercado el primer teléfono “móvil” sostenible con una mano que permite realizar llamadas “sin cables”. Desde este primer momento se integran en el terminal funcionalidades adicionales que complementan el servicio de voz: posee una capacidad de almacenamiento de 30 números telefónicos. Con ello se inicia un ciclo recurrente de incorporar atributos de comunicación y computación.
En la década de los 80-90, las redes fijas digitales y los ordenadores personales (PC), esencialmente para uso empresarial, habían encontrado un nicho de mercado de crecimiento asombroso. Tal es su influencia que IBM lanza al mercado el terminal Simon Personal Communicator (1993), para muchos considerado el primer teléfono móvil inteligente: integra un procesador de 16 bits, a 16 MHz, con 1MB de RAM que, además de enviar y recibir e-mails, integra calendario y agenda, permite tomar notas y conectarse a ordenadores (¡todo ello a 2.400 bps!).
Las redes móviles dan el salto a la 2G, permitiendo atender la demanda de voz y datos, y extender el uso del servicio al gran público. Se inicia la batalla comercial por integrar funcionalidades complementarias, muchas de los cuales tendrán gran aceptación: tonos de llamada, envío y recepción de mensajes SMS (Nokia 2110, 1994), diseños agresivos, como el primer teléfono “plegable” (clamshell) de Motorola (StarTAC, 1996), y por supuesto navegadores web y programas empresariales (Nokia 9000 Communicator, 1996), o juegos como el popular “snake” con el que empezaron a jugar los primeros niños de la generación Z (terminal Nokia 6110, 1997)
Entrando ya en el siglo XXI nos encontramos servicios innovadores que se aprovechan de los nuevos servicios asociados a la explosión de Internet, todavía “fija”: Wikipedia (2001), Facebook (2004), Google Maps (2005), videojuegos en consolas PS2 (2000) ó XBOX (2001), etc. Sin olvidarnos del éxito de llevar encima nuestra música preferida en pequeños dispositivos, todavía no conectados a red, como el iPod (Apple, 2001), o las cámaras digitales compactas.
La percepción de estar conectados está cambiando, obligando al tratamiento e intercambio de información digital. Las redes móviles dan un primer paso para soportar datos en movilidad (3G), ante la expectativa de poder comercializar nuevos, y lucrativos, servicios móviles digitales. Pero realmente se desconoce qué demandará el usuario cuando esté fuera su de oficina o de su hogar. Este desconocimiento de qué tiene que integrar un dispositivo móvil fuerza al mercado a centrar esfuerzos en las tecnologías del terminal: ¿qué más tiene que hacer un teléfono móvil? ¿cómo conseguir que se pueda portar encima, operar con una mano, que esté conectado permanentemente, y cuyo consumo de energía se ajuste a una pequeña batería? Y la solución estaría en la industria de los semiconductores, con un role que no ha cesado hasta nuestros días.
Ninguna industria tiene una dinámica tan innovadora como la de los semiconductores, donde la ley de Moore ha permitido mitigar la complejidad tecnológica de los componentes (chips): el número de transistores por área en un circuito integrado se duplica aproximadamente cada dos años. En otras palabras, se iban a poder multiplicar las prestaciones sin penalizar el tamaño ni la eficiencia energética.
El protagonismo recae ahora en los fabricantes de chips para telefonía celular, absolutos desconocidos en las etapas anteriores (notar que, en el mundo “fijo”, los fabricantes de procesadores como INTEL o AMD ya eran los líderes del mercado PC). Iban a ser los artífices de diseñar componentes que implementen nuevas y mejores prestaciones, en un espacio físico reducido, de bajo consumo, garantizando la interoperabilidad con la diversidad de redes móviles, y a un coste competitivo. Los fabricantes del teléfono en sí asumirán un role más funcional, responsabilizándose de los diseños y usos al gusto del consumidor, y batallando por un reconocimiento de marca que les permitiera mayor diferenciación. El fabricante de chips atiende un mercado global, en pro de conseguir sinergias, volumen y por ende reducción de costes.
Teniendo en cuenta que, en el mundo de los dispositivos móviles, el tamaño (portable), el consumo (batería), la conectividad (red), y el precio (globalización) son tan o más importantes que la potencia de procesado, los nuevos indicadores de éxito de los procesadores (chips) se trasladarán gradualmente a consideraciones como “potencia de procesado por watio disponible”, “nanómetros (una reducción en nanómetros da lugar a chips más potentes y eficientes)”, “redes y bandas de frecuencia soportadas”, “gamas de terminales (para ajustar los precios a la demanda)”, etc.
Con este dilema, los procesadores no podrían ser de propósito general, habría que diseñarlos para ejecutar eficientemente ciertas funciones, pero no cualesquiera. Para ello la arquitectura adecuada pasaba por la integración en un mismo chip de módulos funcionales optimizados. De ahí que realmente se hable de “chipsets”, ó “System On a Chip” (SOC), Sistema en un Chip. Tendremos módulos especializados en el tratamiento del video, de la imagen, de juegos, o del modem de comunicación. Estos módulos evolucionarán paralelamente, según la demanda y segmentación del mercado.
Si atendemos al progreso temporal de estos módulos, entenderemos cómo hemos llegado al actual smartphone. Téngase en cuenta que en ocasiones el chipset anticipaba funcionalidades exitosas que incentivan la demanda, pero en otras ocasiones ciertas funcionalidades no serán masivamente aceptadas y habrá que prescindir de ellas para liberar espacio físico y ajustar consumos.
La industria de los semiconductores se ha visto fuertemente impulsada por la explosión de los dispositivos y aplicaciones móviles. Hoy en día no hablaríamos de un mundo conectado si no se garantizase movilidad en las comunicaciones. Y viceversa, para disfrutar de movilidad se precisan dispositivos potentes y eficientes capaces de ejecutar “en nuestra mano” las expectativas del usuario.
Este “ir de la mano” entre computación (véanse chips/SOC) y comunicaciones (véanse redes de telecomunicación) está impulsando nuevos desarrollos, que a su vez abren nuevas oportunidades:
Y con todo este panorama… ¿cómo serán los próximos dispositivos que nos permitirán estar siempre conectados? La primera aproximación que el mercado está anticipando serían “gafas con prestaciones de smartphone”, de tal forma que añadiesen, a las actuales funcionalidades nuevas capacidades de realidad virtual y realidad aumentada (realidad extendida), permitiendo mejorar la experiencia de comunicación con el mundo real extendido 3D. Pero ¿cómo deberían ser estos dispositivos (“gafas”) para que tuviesen la aceptación del usuario final? No tengo la respuesta. La evolución de las tecnologías de la información y telecomunicación (entre otras) ayudarán a encontrar la solución. Sólo dejo para la reflexión que hace 20-30 años, pocos visionarios imaginaban cómo sería el actual teléfono móvil, y aquellos que tuvieron buen ojo, son los líderes actuales de la industria móvil (5G) y semiconductores (SoC).
José Eloy Fustero Blasco
Ingeniero de Telecomunicación, Ex-director Qualcomm España
Tras +15 años impulsando las telecomunicaciones en banda ancha e Internet en Telefónica, he desarrollado mis últimos +17 años promoviendo las comunicaciones y servicios móviles, desde el “pasado” 3G al actual 5G, como director de Qualcomm en España. Esta implicación en la evolución de las telecomunicaciones me ha permitido aprender, y disfrutar, de tecnologías, servicios y experiencias que se iban desarrollando paralelamente. Como Ingeniero de Telecomunicación, toda una suerte profesional.
Taoufik Oulad Mansour
Ingeniero de Telecomunicación
Natalia Molinero Mingorance
Ingeniera de Telecomunicación
Pablo Álvarez Rábanos
Ingeniero de Telecomunicación
Pablo Castillo Segura
Ingeniero de Telecomunicación
José Antonio Buendía Gómez-Cornejo.
Ingeniero de Telecomunicaciones
Cristina Márquez
Senior Data Scientist en Sngular.
Doctora Cum Laude en 5G y Big Data.
Ingeniera de Telecomunicación.
Coordinadora de Ment-It
Alvaro Rebollo Ena
Ingeniero de Telecomunicación. Fundador de Los amigos digitales
Óscar García del Saz
Ingeniero de Telecomunicación Colegiado. Director de Estrategia y Desarrollo de Negocio